“Yo conocí Asasam hace once años, cuando mi hija comenzó a tener problemas de comportamiento”, explica Maite del Río. Esta madre cuenta que, en sus inicios, varios/as psicólogos/as relacionaban el problema de su hija con su separación matrimonial, pero cuando empezó a tener "comportamientos violentos" supo que "no tenía mucho sentido”.

La convivencia en casa era muy dura: “Buscas orígenes y causas que muchas veces no encuentras; es algo que le puede pasar a cualquiera, pero en un principio estás muy perdido”. Por suerte, pronto se dieron cuenta de que era necesaria “una terapia y fármacos" para poder encontrar el equilibrio. 

“Recuerdo mucho los inicios, eran terribles”, admite Maite, quien con el paso del tiempo ha logrado vivir con la enfermedad mental "de forma normalizada”. Su mensaje para las familias que, como en el caso de ella, tienen problemas en su día a día es “que no tengan miedo" y que se acerquen a la asociación a preguntar cómo pueden gestionar su situación. "No todas las enfermedades mentales son iguales, como tampoco lo son las personas. Pero sí que hay ayuda para cada caso, por lo que es importante echarse para adelante e informarse”.